viernes, 1 de mayo de 2015

     
Los avances tecnológicos, la globalización, el acceso a las tecnologías de
la información, la reducción en la utilización de mano de obra especializada en las
distintas áreas productivas, la diversificación de la producción, así como también
la masificación de la matrícula en el nivel universitario, han cambiado el modo
como se desarrolla el hecho educativo universitario exigiendo cambios
significativos, no solo en los diseños curriculares si no, también en la formación del
docente que deberá impulsar estos cambios.

     El nuevo docente universitario no escapa de esta realidad, para poder
afrontarla como un ente favorecedor del mismo, en lugar de ser un obstáculo,
deberá tener una formación integral, multi-disciplinaria que le permita insertarse
en el nuevo paradigma de lo complejo, de modo que propicie un pensamiento
ecologizante en los futuros profesionales. En razón de lo cual, la formación del
profesorado universitario se debe considerar como un proceso continuo, en
evolución, programado de forma sistemática, cuyo primer eslabón sea una

formación inicial, dirigido tanto a sujetos que se están formando para la docencia.

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